Hoy, en nuestro espacio
cofrade, continuamos de tertulia por el mundo para desplazarnos hasta la
localidad de Conil, un municipio situado al Suroeste de la Provincia de Cádiz en
una preciosa zona costera. El pueblo, cuyas actividades más importantes son la
pesca y el turismo, tiene sus orígenes en la Conquista , y cuenta en
la actualidad con una población de unos 20.000 habitantes, un dato que se
incrementa en época estival hasta casi los 100.000. Resulta un verdadero placer
inmiscuirse en sus blancas calles para envolverse de esa “magia conileña” que
llena de encanto a los visitantes. Sus bares y tabernas, impregnados del
ambiente más puramente pesquero, ofrecen una excelente gastronomía a base de
comida típica de la tierra, donde los
chicharrones, el puchero de pescado,
la urta al horno o el atún encebollado acompañado de un Barbadillo bien fresquito, adquieren
total protagonismo. Pero antes de nada, y para hacer un poquito de hambre,
vamos a dar un buen paseo por su casco histórico hasta que el sol se ponga, un
paseo en el que disfrutaremos de lugares tan bonitos como la Plaza de España, el Arco de la Villa , la Chanca , la Torre de Guzmán, la Parroquia de Santa
Catalina o el Museo de Raíces Conileñas, todo un bello laberinto de calles
bañadas en “blanco inmaculado”.
Si bien es cierto que, allá
donde voy, me encargo de buscar cualquier detalle referente a la Semana Santa donde apuntar con
mi objetivo, también es verdad que Dios me lo pone muy fácil, y en muchas
ocasiones me lo sirve en bandeja. Pues bien, paseando por las calles de Conil,
curiosamente pasamos por una plaza en la que había un Estanco. Tenía las
puertas abiertas, supongo que para evacuar el calor de la temporada; alcé la
vista y observé el mostrador, el cuál era atendido por un señor de unos sesenta
años que atendía al nombre de Paco. A su izquierda, una fotografía tamaño
cartel reflejaba la inscripción “Semana Santa de Conil”. No recuerdo de qué
forma, pero en cuestión de segundos, me encontré dentro del establecimiento
charlando con este buen hombre, y es que no sé qué tienen este tipo de
comercios pero siempre te encuentras dentro de ellos con gente encantadora. Me
presenté y, tras un apretón de manos con sonrisa incluida por ambas partes, le
comenté que pertenecía a la
Hermandad del Cachorro de Sevilla. Al escuchar esto, a Paco
le faltó tiempo para sacarse de su bolsillo un buen manojo de llaves cual
racimo de uvas a finales de Septiembre, cerrar su Estanco y llevarme a visitar
sus Imágenes devocionales. Llegamos hasta la Parroquia de Santa
Catalina, de donde salen cuatro de las seis Procesiones que discurren durante la Semana Santa conileña. Allí me
habló de la belleza que envuelve a Conil entre el Domingo de Ramos y el Domingo
de Resurrección, de los nombres e historia de las Hermandades, y del fervor de
todo un pueblo que se rinde al los pies de Jesús y María no sólo durante los
días de la Pasión ,
sino a lo largo de todo el año.
VIRGEN DE LA AMARGURA
VIRGEN DE LA PAZ Y ESPERANZA
VIRGEN DE
EL RESUCITADO
Y tras este periplo
devocional, antes de retirarnos a descansar, os invitamos a que nos acompañéis
a disfrutar de un precioso fenómeno natural que se manifiesta en Conil cada
atardecer; todo un espectáculo digno de contemplar donde los actores, siempre
dirigidos por la mano de Dios, tienen dos hermosos nombres: Cielo y Sol.