LA CASA DE PILATOS Y EL VIA CRUCIS DE LA CRUZ DEL CAMPO. Pepe Lasala.

Ahora sí, ha llegado el momento, el instante de acompañar a Cristo con la Cruz y a Nuestra Madre en su dolor para celebrar la Semana Santa. Por tanto, y como cada año, nos ausentaremos en este tiempo y volveremos a este espacio cofrade, si Dios quiere, un par de semanas después del Domingo de Resurrección para ordenar nuestros sentimientos y vivencias con el objeto de ofreceros nuestro mejor resumen.

Pero antes de partir, y como dice la canción mandaros un beso y una flor, vamos a acercarnos hasta la que es conocida en Sevilla como "La Casa de Pilatos", para descubrir así algo de su historia, del porqué de su nombre, y de la relación que guarda con "El Vía Crucis de la Cruz del Campo".


Puede que este reportaje resulte un poquito largo, pero quien aquí suscribe prefiere no separarlo en dos partes, pues no considera la Casa de Pilatos sin el Vía Crucis y viceversa.




En primer lugar, visitaremos esta Casa-Palacio llamada "de Pilatos", y para ello, haremos un viaje en el tiempo transportándonos al siglo XVI, cuando Don Fadrique Enríquez de Ribera, primer Marqués de Tarifa, decide a sus cuarenta y dos años emprender un viaje a Tierra Santa, toda una aventura teniendo en cuenta los medios de transporte existentes por aquel entonces y que, para la época, alguien con esa edad era considerado prácticamente un anciano.

Al parecer, este buen señor, tenía ciertas inquietudes espirituales, algo que hacía que despertase gran interés por aspectos como la alquimia y el esoterismo, así que no es de extrañar que quedase enormemente impactado de su estancia en Jerusalén.

Pero lo realmente importante de este viaje no es la ida, sino la vuelta, cuando regresa a Sevilla totalmente renovado, o mejor dicho... bastante cambiado, -hay que destacar que se trataba de un hombre de cierto poder-, hasta tal punto que decide subastar objetos que trae de su viaje para destinar los beneficios al gran proyecto de su madre, el Hospital de las Cinco Llagas.


Y ahora si os parece, vamos a llegar hasta la plaza donde se ubica la Casa de Pilatos para entrar a visitarla. Ya sé, ya sé..., aún no os he contado por qué se llama así. No os preocupéis, una vez que la veamos, realizaremos el Vía Crucis a la Cruz del Campo; será entonces cuando os desvele el secreto.




¿Os ha gustado? Bueno, pues vamos a sentarnos a descansar un ratito antes de comenzar el Vía Crucis y así coger algo de fuerzas, pues nos queda un largo pero interesante y devocional camino por recorrer.




Y ahora sí, ahora vamos a conocer el motivo del nombre de esta Casa, así como el propio Vía Crucis, por tanto... vamos allá.

Don Fadrique Enríquez de Ribera, o el Marqués de Tarifa, como prefiráis llamarlo, midió durante su estancia en Tierra Santa la distancia existente entre el pretorio de Pilatos desde donde partió Jesús con la Cruz y el Monte Calvario donde fue crucificado, una distancia de 1.321 pasos que equivale a unos 997 metros. De este modo, estableció en Sevilla un Vía Crucis que se celebraba cada año el primer viernes de Marzo partiendo desde la "Capilla de las Flagelaciones" de su Palacio, capilla en la que se pronunciaba la primera estación, y terminando en un pilar situado en la Huerta de los Ángeles, teniendo lugar allí la última estación. La distancia recorrida era exactamente la misma que la que pudo medir en Jerusalén, y al ser su palacio el lugar de partida, recibió el nombre de Casa de Pilatos.

Con el tiempo, la finalización del Vía Crucis se trasladó al Templete de la Cruz del Campo -luego lo veremos en imágenes-, situado al lado del pilar anteriormente mencionado, y para que la distancia entre la primera y la última estación continuase siendo la misma, el inició del rezó se desplazó desde la Capilla de las Flagelaciones del Palacio hasta la fachada del mismo.

Aunque pasados unos siglos el ejercicio de este Vía Crucis dejó de celebrarse, fue recuperado a mediados de la pasada centuria -año 1.956- por descendientes del propio Marqués, siendo desarrollado a través de la "Pía Unión", una corporación formada por los Hermanos Mayores de las distintas hermandades de Sevilla y fieles que se integran voluntariamente en la misma. Un año más tarde, en dicho recorrido se señalizaron las catorce estaciones, las cuales quedaron perfectamente definidas por azulejos donde se representa iconográficamente cada estación a través de una Imagen de nuestra Semana Santa. A día de hoy este rezo se sigue realizando el primer viernes de Marzo, pero en lugar de hacerlo por la calle, se lleva a cabo en el interior del Palacio.

A modo de resumen, tenemos una inscripción colocada justamente en el lugar de la Primera Estación, la cual podéis ver en la siguiente fotografía, en la que las fechas quedan determinadas de la siguiente forma:

Año 1.521: se instaura el Vía Crucis.
Año 1.873: deja de celebrarse.
Año 1.957: colocación de los azulejos que definen las catorce estaciones.




Añadir también que, según la siguiente imagen, en 1.995 se restauran los azulejos completando algunos que faltaban.




Bueno, pues una vez explicada esta historia, vamos a realizar todos juntos este Vía Crucis recorriendo lugares como la Plaza de Pilatos, San Esteban, la calle Muro de los Navarros y Luis Montoto hasta llegar al Templete de la Cruz del Campo. Para ello y a modo de guía, enunciaré en primer lugar la estación de la que se trata, a continuación el nombre del Cristo que aparece en el azulejo correspondiente representando cada Estación, posteriormente la Hermandad a la que pertenece dicha advocación de Cristo, y por último alguna fotografía del azulejo en cuestión así como de la fachada que lo soporta. Comenzamos...


Primera Estación: Jesús es condenado a muerte.
Nuestro Padre Jesús de la Sentencia.
Hermandad de la Macarena.




Segunda Estación: Jesús carga con la Cruz.
Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Hermandad del Silencio.




Tercera Estación: Jesús cae por primera vez.
Nuestro Padre Jesús de las Penas.
Hermandad de las Penas de San Vicente.




Cuarta Estación: Jesús se encuentra con su Madre.
Nuestro Padre Jesús del Gran poder.
Hermandad del Gran Poder.




Quinta Estación: Jesús es ayudado por el Cirineo.
Nuestro Padre Jesús de la Pasión.
Hermandad de Pasión.




Sexta Estación:  La Verónica limpia el rostro de Jesús.
Nuestro Padre Jesús con la Cruz al hombro.
Hermandad del Valle.




Séptima Estación: Jesús cae por segunda vez.
Nuestro Padre Jesús de la Salud.
Hermandad de la Candelaria.




Octava Estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.
Nuestro Padre Jesús de la Salud.
Hermandad de los Gitanos.




Novena Estación: Jesús cae por tercera vez.
Santísimo Cristo de las Tres Caídas.
Hermandad de la Esperanza de Triana.




Décima Estación: Jesús es despojado de sus vestiduras.
Nuestro Padre Jesús de las Penas.
Hermandad de la Estrella.




Undécima Estación: Jesús es clavado en la Cruz.
Santísimo Cristo de la Exaltación.
Hermandad de la Exaltación.




Duodécima Estación: Jesús muere en la Cruz.
Santísimo Cristo de la Expiración.
Hermandad del Cachorro.




Decimotercera Estación: Jesús es bajado de la Cruz y puesto en los brazos de su Madre.
Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de la Piedad.
Hermandad del Baratillo.




Decimocuarta Estación: Jesús es sepultado.
Santísimo Cristo de la Caridad.
Hermandad de Santa Marta.




Y una vez finalizado el Vía Crucis, llegamos al Templete de la Cruz del Campo nombrado anteriormente, un lugar al parecer construido allá por el 1.380 por un grupo de fieles de raza negra pertenecientes a la Hermandad de Nuestra Señora de los Ángeles, a día de hoy y por ese motivo conocida como la Hermandad de "Los Negritos".

Ya para terminar, comentar que, al igual que las cofradías en la actualidad realizan su Estación de Penitencia o Procesión dirigiéndose desde sus respectivos templos hasta la Catedral, por aquel entonces lo hacían a este Templete, así que posiblemente por aquí ande el origen de nuestra Semana Santa.


Esperamos que hayáis disfrutado.