Hoy en nuestra Tertulia, queremos
compartir con todos vosotros la jornada vivida el pasado fin de semana, en la
que cofrades pertenecientes a hermandades de Sevilla y de Zaragoza nos unimos para
celebrar el que ya ha sido el "VIII Pregón de la Semana Santa Tertulia
Cofrade Cruz Arbórea", el cual transcurrió junto a la "Tapa Solidaria"
en las instalaciones del "Grupo Aragonés el Pilar", a quienes
queremos agradecer una vez más el buen hacer y el cariño que siempre muestran
hacia nosotros.La finalidad del evento, como cada año, no fue otra que la de
ayudar un poquito a quienes nos necesitan.
Este año la recogida de alimentos se
destinó a la Parroquia de San Pablo de Zaragoza, y la recaudación de la Tapa
Solidaria a los niños del Centro de tareas y repasos San Pablo de la misma
ciudad, cuya responsable, Sor Concepción, dedicó unas palabras a los asistentes
al acto.
Por tanto, y con objeto de mostrar aquí
todos y cada uno de los momentos vividos, vamos a repartir esta crónica en
varios apartados; así que comenzamos...
Tras el café reglamentario a primera
hora de la mañana, nos dirigimos hacia las instalaciones del Grupo Aragonés El
Pilar, y allí comenzamos a acondicionar el lugar para el evento adecuando el
decorado y comprobando el sonido de esas Sevillanas, Rumbas, Pasodobles y por
supuesto Marchas Cofrades que en unas horas se dispondrían a amenizarnos la
tarde.
El rincón de "Los Miarma" iba
tomando forma.
Se acercaba la hora, los nervios
arremetían y el tiempo apresuraba, así que en los minutos previos al acto nos
dispusimos a dejarlo todo perfectamente preparado; desde los asientos para los
invitados hasta las tapas que faltaban por terminar. Ibamos contrarreloj, pero
entre sonrisas y buen hacer la cosa quedó en un buen estado de revista.
Pasaron los minutos, los asientos se
fueron llenando y el evento dio su pistoletazo de salida. Tras una Oración con
presentación del acto y de la pregonera, todo comenzó a tomar color, color a
Pasión, color a Semana Santa con resaltes de incienso que acarició la multitud
de "sentires" de los allí presentes para transformarlos en uno sólo.
Como bien es sabido, si hay un
denominador común entre los componentes de nuestra Tertulia, ese es el
sentimiento, y así lo plasmó en su oratoria la persona encargada este año de
anunciarnos que ya llega la Semana Santa. Amparo Ungría, cofrade de la Columna de
Zaragoza, abrió nuestros corazones para reflejar en ellos la Pasión de Cristo.
Pero, para que os hagáis una idea, a
continuación plasmamos algunos fragmentos de su Pregón acompañados de varias
instantáneas que, este año como novedad, guardarán relación con el texto de
nuestra pregonera.
En
primer lugar, quiero agradecer a todos los miembros de la tertulia: Alex, Ana,
Conchita, José Luis, Luis, Miguel Ángel, Nieves, Omar, Pepe, Pilar, Raquel y
Vanesa, el granito de arena que ponen
para que este grupo siga adelante y hagamos cosas que merecen la pena, no solo
en las tertulias durante el año, sino en el día de hoy, que no cae en saco
roto, sirve para algo para unos pocos. Seguiremos progresando juntos para que
llegue a más todavía y cumplir así una de las cosas que nos une y compartimos
como sentimiento en nuestras hermandades y cofradías: ayudar a quien lo
necesite.
Si
digo la verdad no me ha hecho falta reflexionar demasiado acerca de “qué es
para mí la Semana Santa”... para mí, la Semana Santa es sinónimo de TRADICIÓN,
de FAMILIA.
Desde
pequeña mi madre me ponía bien repeinada y me vestía con un conjunto bien pichi
que previamente me habían regalado mis tíos, mis padrinos, para mi cumpleaños.
Ya se sabe que “el que no estrena en Domingo de Ramos, se queda sin manos”. Y
nos juntábamos la familia para disfrutar del momento, palma en mano llena de
chuches y chocolates y, por supuesto, con un lazo rojo, detalles de madrina.
Nos íbamos a comer y no faltaba la mona que me regalaba mi padrino, y que a día
de hoy lo sigue haciendo...me resisto a crecer por un poco de chocolate.
Y
por fin llegaba el día esperado... Jueves Santo. El Gran Día en la familia, mis
padres me hicieron “hermana de la Columna” cuando nací, y aunque hasta los 8
años no pude procesionar, vivía con gran intensidad el Jueves Santo, día en el
que papá se ponía el hábito y me saludaba con la cara tapada y una sonrisa tras
el capirote. Años después era yo la que le saludaba desde dentro con una
sonrisa de oreja a oreja.
Y
llegaba el momento...me ponían el hábito sin faltar a ningún detalle y entraba
en la Iglesia de Santiago. Soportaba los nervios del momento como podía, cierro
los ojos...toca bajar terceroles y capirotes y se abren las puertas, suenan los
azotes, un suspiro y ya está en la calle “La Columna” con toda la alegría que
me cabe dentro. Llegaba a San Cayetano y se producía otro de los momentos
mágicos de la Semana Santa. Ese redoble que me sigue poniendo los pelos de
punta.
Y
de repente, ya era Viernes Santo. Entonces, la recta final hasta Santiago se
convertía en una batalla entre las ganas de acabar y las ganas de seguir. Volvía
a sonar el redoble, pero este era distinto...en este echaba el resto.
Solo
hizo falta un mal año, cada uno en una punta del mapa...Omar en Sevilla, y yo
en Zaragoza. Y así, comenzó mi aventura en el sur. Ahora la Semana Santa no la
concibo sin bajar con él, sin terminar ahogada de tanto caminar, sin el dolor
insoportable de pies, sin bandas, sin visitas a Capillas, sin dormirme en plena
calle
Recuerdo
con ternura y nostalgia el primer año que bajé, han pasado casi 6 años y
siempre recordaré esos ojos verdes, los de la Hermandad de San Pablo, la
primera hermandad que veía entre "bocaos de mechá".
Todo
era tan distinto... me invadía la curiosidad por saberlo todo, por qué había
chicos y chicas que iban vestidos como de obispos, de dónde salía tanta gente
en tan poco tiempo, por qué eran los penitentes los que daban caramelos a la
gente de fuera y no al revés, por qué la gente pasaba por el medio de los
penitentes.
El
cansancio repunta en momentos de espera el Lunes Santo, solo hasta que viene Él
y después Ella, da igual que sus nombres sean Cristo de la Caridad, o Virgen de
Guadalupe...te levantas del suelo con las mismas ganas.
Y
con las pocas fuerzas con las que te acuestas, cargas pilas para levantarte el
Martes Santo y ver El Cerro (pero por el centro), San Benito, Candelaria por
los Jardines de Murillo y acabar viendo recogerse La Bofetá entre sueños en
plena calle.
Vuelta
a empezar con fuerza el Miércoles Santo, pero mejor sin comer...que hay que ver
salir El Carmen entre bombos de sol, y Panaderos, y La Sed y por supuesto La
Lanzada, si puede ser, en una revirá o en una calle estrecha donde si respiras
ya no cabes.
Ese
sentimiento, el suyo en Domingo de Ramos compartido con el mío, y el de los dos
el Jueves Santo, son los bonitos de la Semana Santa. Es a lo que, los que somos
cofrades, estamos enganchados. Llamémoslo pasión, devoción o locura...pero es
lo que nos gustaría inculcar a los más pequeños de la casa para evitar por
todos los medios, que se pueda perder algún día.
Y
así, cumpliré esta Semana Santa que viene mi sexto año a caballo entre Zaragoza
y Sevilla... me invaden la mente instantáneas de un sinfín de momentos,
grabados única y exclusivamente en la retina y que no quiero perder nunca.
Por
último, me gustaría hacer un llamamiento a todos los jóvenes que, como yo,
habéis decidido vivir la fe a vuestra manera, es decir, sin complejos y con
orgullo pues habéis recibido una formación religiosa quizá tanto dentro como
fuera de casa (como es mi caso). Seguramente os ha hecho crecer como buenas
personas, a valorar las cosas importantes en la vida y a que, aunque creamos
que tenemos poco...hay gente que aún tiene menos y aún así son igual de
felices.
Solo
me queda desearos una MUY feliz Semana Santa, que la disfrutéis al máximo como
todas las anteriores y las que están por venir. Y, sobre todo, que no os
olvidéis nunca de ese sentimiento que nos mueve por dentro a los locos de
esto...el que nos hace tener ese cosquilleo desde que empieza la Cuaresma y
gracias al que nos unimos un año tras otro. Os deseo además que se os sigan
poniendo los pelos de punta con una marcha...de tambor o de corneta, con una
imagen o con una cara de felicidad en la que os veáis reflejados.
Y tras este emotivo Pregón y como viene
siendo habitual, pasamos a presentar el cartel con el que nuestra Tertulia
anuncia la Semana Santa, una fotografía realizada por nuestra tertuliana Vanesa
Ramos de la Virgen Dolorosa de la Hermandad de San Joaquín y de la Virgen de
los Dolores de Zaragoza. Dicho cartel fue entregado a la propia hermandad, así
como al "Grupo Aragonés El Pilar" en agradecimiento por cedernos sus
instalaciones, y a la propia Pregonera.
Desde esta Tertulia Cofrade, queremos
por encima de todo mostrar nuestro agradecimiento a todos los asistentes, pues
sin vuestra ayuda, aportación y camaradería, no hubiésemos podido llevar a cabo
este proyecto. ¡GRACIAS DE TODO CORAZÓN!