Con el mes de
Diciembre, llega un día grande para todos los católicos en el que se celebra la Fiesta de la Inmaculada Concepción ,
así que lo primero que vamos a hacer, es felicitar a todas las Conchitas,
Conchas, Conchis, Concepciones, Puras, Puris, Puritas, Inmaculadas, Inmas,
Macus, etc., porque ellas llevan en su nombre el blanco brillo inmaculado de la Virgen María. En esta fecha tan
señalada, en la que muchos de nosotros rendimos culto a la que es Patrona de
España desde hace más de dos siglos y medio, Sevilla realiza su particular homenaje
a la Inmaculada
de una forma muy especial, y lo hace de madrugada, en un lugar que está muy
cerquita de la Catedral
y de la Giralda. Así
que, si os parece bien y como hace buena noche, os lo cuento dando un paseo por
sus alrededores mientras llegamos al sitio en cuestión.
Para empezar,
quiero comentaros que la capital hispalense siempre ha gozado de una gran
devoción concepcionista, y por ello, en la Plaza del Triunfo, se levantó el monumento a la Inmaculada (al que nos
dirigimos en estos momentos), para que diera protección a la ciudad y la
bendijera. Allí, cada año, a las 12 de la noche del 8 de Diciembre, las Tunas
Estudiantiles de las diferentes Facultades acuden a cantar a la Virgen , a dedicarle sus
rezos adornados con guitarras, bandurrias, laúdes y panderetas en “clave de
sol”, a rondar a esa “mocita Inmaculada” engalanados con sus capas negras y sus
cintas de colores. Una bonita tradición que viene de mediados de la pasada
centuria, cuando la Tuna
de los que entonces se llamaban “Peritos Industriales”, acudió a cantarle por
primera vez tal noche como ésta. Por este motivo, el que era la máxima
autoridad eclesiástica de la
Archidiócesis por aquel entonces, el Cardenal Segura,
distinguió a esta Estudiantina con un fajín “blanco inmaculado” que todavía se
aprecia en su atuendo.
Espero que os
haya gustado la historia, a mi me parece preciosa. Por cierto, ya hemos llegado
a la Plaza del
Triunfo, aquí tenéis el monumento a la Inmaculada. Espectacular ,
¿verdad?
Se nos ha
hecho un poquito tarde, y creo que estamos algo cansados, así que ha llegado el
momento de irnos a descansar, ya que mañana por la mañana nos levantaremos
prontito para seguir con nuestro “paseo inmaculado”. No hace falta que os
pongáis el despertador, pues en esta Tertulia Cofrade vivimos la Pasión cada día del año,
así que nos levantaremos antes de que “el gallo cante tres veces”. Tampoco hace
falta que os arropéis, pues dos Angelotes os llevarán desde Zaragoza el Manto de
la Virgen del
Pilar para taparos. Felices sueños y buen descanso.
¡Buenos días!
¡Sevilla ya está despierta! Hemos sido todos puntuales y al primer canto del
gallo nos hemos despertado.
Hace un día
precioso, así que os voy a llevar a que conozcáis a la Virgen de la Concepción , o mejor
dicho, a una de Ellas, pues aquí hay varias. Os lo explico mientras caminamos y
vemos un poquito lo guapa que ha amanecido la ciudad.
Quiero que
sepáis, que en Sevilla, se puede contemplar a la Inmaculada Concepción
en varios lugares: en su Plaza como ya lo hicimos ayer, en la Parroquia del barrio de
Nervión, en la Hermandad
de la Trinidad
de los Salesianos, etc., pero nos vamos a acercar a la Iglesia de San Antonio
Abad, donde se encuentra la
Hermandad del Silencio, pues allí también está Ella. Esta
Hermandad, conocida como la “Madre y Maestra” por su antigüedad respecto a las
demás (hablamos del año 1.340 aunque sus Reglas son posteriores), presenta una particularidad, y es, que en su Procesión
en la madrugada del Viernes Santo, la
“Madrugá”, dos de sus cofrades portan una espada y un “cirio votivo”, todo
ello para rememorar el Voto de Sangre que hizo la Corporación en el año
1.615 en defensa de la Inmaculada Concepción
de la Virgen María.
Curioso ¿no? Bueno, pues ya hemos llegado a la Iglesia. Vamos a entrar
despacito y nos quedaremos un ratito rezándole a la Virgen de la Concepción. Para
ello, y por tratarse de su día, le he preparado una Oración especial, una
Oración hecha poesía para que se la digamos todos juntos con el corazón.
Concepción Virgen
María,
Santa Madre
Inmaculada,
Tú que eres el norte
y guía
que estos corazones
claman,
Tú que eres la luz
del día
que nos ilumina el
alma,
gracias por darnos la
vida,
por regalarnos tu
calma,
por ser Reina de
Sevilla
y Patrona en nuestra
España.
Espero que hayáis
pasado un buen ratito con nosotros, conociendo como vive esta bendita tierra un
día tan grande, disfrutando también de la belleza de sus calles y sus plazas, y
celebrando esta festividad junto a la
Madre de Dios, junto a María Inmaculada.