Antes de comenzar a narrar
lo vivido la pasada Semana Santa, queremos pedir disculpas por la demora en
ello, pero tras volver a la vida cotidiana, hemos dispuesto de poquito tiempo
para recopilar fotografías, datos y sobre todo sentimientos… muchos sentimientos. Por tanto, una vez recuperada
la normalidad y el sosiego, os vamos a contar en esta primera parte cómo han
sido estos días para los miembros de la Tertulia que hemos participado en la Pasión de Sevilla.
Próximamente, en una segunda entrada, los componentes de la Semana Santa de Zaragoza os
contarán su experiencia en la capital maña.
Dicen que de bien nacidos es
ser agradecidos, así que lo primero que vamos a hacer es mostrar nuestra
gratitud, además de a todos vosotros por aguantarnos cada semana, a diversas
personas e instituciones que han recibido a la Tertulia en estos días
mostrando su cariño y amistad. A título individual, cada uno de nosotros podríamos
escribir muchos nombres de amigos a quienes corresponder, pero lo haremos como
el colectivo que somos: la Tertulia Cofrade
Cruz Arbórea.
En primer lugar, queremos
mostrar nuestro agradecimiento a la Hermandad del Santo Entierro por recibirnos tan
amablemente. El Sábado Santo por la mañana, una pequeña representación de
nuestra Tertulia, con objeto de entregar nuestro cartel para esta Semana Santa
y en el que figura una fotografía del Cristo Yacente de dicha corporación, fue
recibida por su Junta de Gobierno en la Iglesia de San Gregorio. Allí tuvimos el placer
de rezar una Oración conjunta, así como de entregar un centro de flores a la Virgen de Villaviciosa.
Sabemos que se trata de un día en el que la Hermandad tiene la
agenda completa, pues además de realizar su Estación de Penitencia, son
visitados por el Alcalde de la ciudad, por el Sr. Arzobispo y por diversas
instituciones; por tanto, gracias de corazón por atendernos y recibirnos con
los brazos abiertos.
Gracias también a la Hermandad de la Esperanza de Triana. El
Jueves Santo por la mañana, un grupo de zaragozanos pertenecientes a la Hermandad mencionada y
entre los que se encontraban varios miembros de nuestra Tertulia, asistió a la Capilla de los Marineros
para realizar una ofrenda floral a Nuestra Señora de la Esperanza. Fue un
bonito y emotivo acto en el que, tras rezar una Salve a la Virgen , el hermanamiento
tuvo su protagonismo.
Gracias a la Hermandad del Cachorro
por abrirnos sus puertas no sólo en Semana Santa, sino en otras ocasiones en
las que les hemos visitado y nos han recibido cordialmente, mostrándonos su
Basílica, museo y demás instalaciones.
Por último, gracias a la Taberna Cofrade
“El Humilladero”, un nuevo establecimiento que, con tan sólo dos meses de
andadura, ha cautivado a los cofrades sevillanos por su buen ambiente, sus
sabrosas viandas y por los programas de Radio con temática cofrade que ahí se realizan. Allí, Manolo Ruiz, buen amigo desde hace años y cofrade "por
los cuatro costaos", hizo que nos sintiéramos como en nuestra propia casa con la
gracia y el buen hacer que le caracteriza.
Para continuar con el
resumen de lo que ha sido para nosotros la Semana Santa de
Sevilla, queremos destacar el título de esta entrada, el cuál ha sido enviado
directamente desde algún nubarrón con marejadilla hacia la Península , pues
prácticamente la Semana Santa
de toda España estuvo castigada por la lluvia. En Sevilla concretamente, las
Cofradías iban cayendo una tras otra cual fichas de dominó, y los medios
informativos comunicaban la no salida de las Hermandades mientras largas filas
de paraguas se alineaban en las puertas de las Iglesias para poder contemplar
las Sagradas Imágenes, ya que prácticamente la mitad no pudieron mostrar en la
calle el Evangelio según Sevilla… La Hermandad del Amor… no sale, la de Los Estudiantes… no
sale, La Hermandad
de la Sed …
tampoco, La Esperanza
de Triana… se refugia en la
Catedral y la de Los Gitanos en la Anunciación , la Hermandad del Cachorro…
se queda en su Basílica por tercer año consecutivo. Así, hasta que Cristo
Resucitó en la Iglesia
de Santa Marina, por no poder realizar los cofrades de La Salle su Estación de
Penitencia a causa de las inclemencias del tiempo.
En cualquier caso, los
chaparrones no impidieron nuestro recogimiento, ni nuestras Oraciones, ni
tampoco nuestras risas y lágrimas, ni que disfrutásemos de las pocas Cofradías
que salieron a la calle. Todo un compendio de sentimientos que hizo que
viviésemos unos momentos preciosos en convivencia, juntos, con verdadera
amistad y fuertes lazos de hermandad.
Han sido unos días maravillosos, y como al mal tiempo hay que ponerle buena
cara, os ofrecemos aquí nuestros instantes de pasión con la mejor sonrisa.
Y ya para terminar, queremos
dar desde aquí una muestra de cariño a las Hermandades, Cofradías, Grupos
Parroquiales, Asociaciones de Fieles, etc., que debido a las inclemencias del
tiempo, no pudieron salir o tuvieron algún percance en su recorrido
procesional; una muestra de cariño que no va sólo para las corporaciones de Sevilla, sino para las de cualquier rincón donde
una Cruz de madera camine por las calles dando testimonio público de Fe. Más de
uno hemos vivido ese momento y no resulta nada fácil. La Hermandad en ese
instante se hace una “piña”; emoción, abrazos, y tragos de saliva donde el nudo
en la garganta aprieta como si se ingiriese un manojo de nueces con cáscara a
la hora del desayuno, se funden entre incienso y cera sin quemar…, pero lo más
bonito de todo llega al final, cuando despierta el Vía Crucis en el interior
del Templo, cuando los cíngulos de las túnicas de todos los hermanos se
entrelazan en un solo corazón que nos recuerda lo que Él nos enseñó: “HAGASE SU
VOLUNTAD”.