- Si subes el
volumen de tu altavoz lo disfrutarás dos veces -
Hoy en nuestra Tertulia, vamos a
acercarnos hasta el Hospital y la Iglesia de la Santa Caridad de Sevilla, así
que nos prepararemos para visitar uno de los lugares de mayor belleza de la
ciudad.
En primer lugar, nos adentraremos en su
Hospital, donde percibiremos la historia de una Hermandad cuya existencia, con
fines humanitarios, data ya de mediados del siglo XV. Por aquel entonces, su
labor principal era la de dar sepultura a aquellas personas que fallecían y
cuyos cuerpos nadie reclamaba, como ajusticiados y marineros ahogados. A día de
hoy, la Hermandad de la Santa Caridad sigue realizando aquella función que
desarrollaba en sus inicios, dedicándose también a la ayuda al prójimo, dando
amparo a los necesitados, así como a ancianos y disminuidos físicos y psíquicos.
Y si hablamos de este Hospital, hay que
mencionar sin duda alguna a Don Miguel de Mañara, un hombre que, tras enviudar,
cambió totalmente su estilo de vida dando prioridad a los valores espirituales frente
a los terrenales. Fue entonces, y hablamos del siglo XVII, cuando ingresó en la
Hermandad, construyendo la Iglesia y el Hospital al desempeñar el cargo de
Hermano Mayor.
Pero quiero contaros también una bonita
historia sobre ocho rosales que veréis un poquito más abajo en las fotos, y que
aunque no se aprecian florecidos debido a la época del año en la que las
imágenes fueron tomadas, nos dejan un perfume con un aroma muy especial. Según
cuenta la leyenda, estos rosales que llevó Don Miguel al Hospital, nunca han
sido regados por nadie, siendo los propios Ángeles quienes desde hace ya cuatro
siglos bajan del Cielo cada noche para hacerlo. Preciosa, ¿verdad?
Y ahora ya, vamos a adentrarnos en la
Iglesia, un lugar de oración y culto en el que desde cualquier ángulo, se
percibe la palabra de Dios a través del mensaje que nos dejaron artistas como
Murillo, Zurbarán o Juan de Valdés Leal.
Sin duda alguna, hay que resaltar la
espectacularidad del retablo mayor del Templo, cuyas esculturas fueron
realizadas por Pedro Roldán, uno de los mejores imagineros de la época que nos
dejó un gran legado de obras para la Semana Santa sevillana, muchas de las
cuales a día de hoy todavía procesionan en sus correspondientes Pasos. Con
dicho retablo, en el que se refleja el Entierro de Cristo, se constata el fin
primordial de la Hermandad comentado anteriormente, el de enterrar a los
fallecidos.
Pero todo lo que aquí cuento es mejor
que lo veáis con vuestros propios ojos, así que id pasando y ya me diréis qué
os parece.