PLAZAS COFRADES: LA ENCARNACIÓN. Pepe Lasala.

- Si subes el volumen de tu altavoz lo disfrutarás dos veces-

Hoy en nuestra Tertulia, vamos a continuar conociendo esas plazas sevillanas que, por ser transitadas durante la Semana Santa por nuestras hermandades, las denominamos “plazas cofrades”, y en este caso en concreto, nos vamos hacia la Plaza de la Encarnación.



Debe su nombre al antiguo Convento de Religiosas Agustinas que se ubicó en la plaza allá por el siglo XVI y que fue derribado pasadas tres centurias, construyendo en su lugar años más tarde el Mercado de la Encarnación, el cual fue demolido en 1.973.

Situada en pleno corazón de la ciudad, cuenta con gran actividad comercial, así como con numerosas cafeterías y restaurantes que se despliegan por la plaza a modo de terrazas y veladores. De gran relevancia es la Iglesia de la Anunciación, la cual trataremos al detalle en otro momento, así como el espacio “Metropol Parasol”, cuya estética se presenta de una forma diferente a la que Sevilla nos tiene acostumbrados.




Tal y como comentábamos, el espacio “Metropol Parasol” se levanta sobre la plaza a modo de estructura modernista en forma de “setas” - nombre con el que se le conoce popularmente - situadas a ambos lados y unidas mediante un monumental arco. Cabe decir que, en el momento de su construcción, no fueron del agrado de todos, pues rompían de forma brusca con el conjunto monumental de la ciudad, aunque a día de hoy nos hayamos acostumbrado casi del todo a su presencia. En cualquier caso, y como dice el refrán, “para gustos los colores”.




Y ya que estamos aquí, vamos a subirnos a estas “setas” para contemplar desde las alturas la plaza y sus alrededores, pues merece la pena apreciar las vistas que nos ofrecen.




No son pocas las cofradías que por aquí pasan durante la Semana Santa tanto de día como de noche, y puede que para los cofrades no sea el lugar más bello de cara a ver las procesiones, pero el caso es que la plaza se llena de público cada vez que un Paso se acerca. Así que nosotros haremos aquí una paradita y, como siempre digo, vamos a disfrutar con los cinco sentidos.