SEMANA SANTA DE SEVILLA 2.016... "UN AÑO MÁS". Pepe Lasala.

-Si subes el volumen de tus altavoces lo disfrutarás dos veces-

Un año más… Así se llamaba aquella canción del legendario grupo Mecano que a finales de los 80 nos recordaba que un nuevo año iba a comenzar. Sí, ya lo sé, no es Nochevieja, pero ese título puede cambiar su significado dependiendo del sentir del corazón que lo interprete.

Por eso, un año más venimos aquí para compartir nuestra Semana Santa de Sevilla; un año más en el que las notas musicales de una Banda acariciaron el andar de aquel Paso de Misterio; un año más en el que los cofrades de una misma Hermandad se abrazaron con emoción tras culminar su Estación de Penitencia o al ser conscientes de que el cielo por desgracia no lo iba a permitir; un año más donde los pétalos de una rosa de pasión cayeron sobre aquel palio bajo el que reina la Madre de Dios; un año más en el que a media tarde de cada jornada el dulzor de las torrijas nos despertó los sentidos tras el cansancio acumulado; un año más donde el quejío de una saeta hizo de nana bajo la luz de la Luna para acunar al Cristo del Museo; un año más en el que algunos partieron para ver ya las cofradías desde el “balcón de la Gloria”; un año más en el que peinas y mantillas conformaron un gran Rosario de cuentas que se extendió por todas y cada una de nuestras calles; un año más en el que varios hombres llevaron una promesa bajo la tela de su costal con Fe, devoción y por supuesto mucho arte; un año más en el que “Incienso y Azahar” fue el nombre del perfume que nos regaló la Primavera; un año más en el que doce caballeros compartieron mesa junto al Maestro sobre un humilde mantel en el templo de los Terceros; un año más en el que quedó bien claro que la noche mágica para los niños no es otra que aquella en la que sueñan con acompañar a Jesús vestidos de blanco hacia su entrada en Jerusalén; un año más en el que tres golpes secos de martillo hicieron el silencio de alguna plaza a la voz ronca de un capataz; un año más en el que la Iglesia de Santa Marina fue testigo de que Jesús había resucitado; un año más en el que el Cachorro expiró en Triana, la Macarena nos tendió su mano en el Arco, el Gran Poder llevó nuestra Cruz desde San Lorenzo y una Virgen de ojos negros y tez morena repartió Esperanza por toda la calle Pureza; un año más en la que los cofrades tuvimos la oportunidad de saborear la Semana Santa de Sevilla.




Y la luz del día expiró, entregando el relevo a las noches de Primavera...