Hoy en nuestra Tertulia hablamos con un bordador de reconocido prestigio, Francisco Carrera Iglesias “Paquili”.
Para empezar Francisco, tus comienzos tuvieron lugar en un taller de dorado, ¿cómo se produce ese cambio tan significativo al arte del bordado?
Pues fue por devoción. Por aquel entonces, mi Hermandad la conformábamos muy pocas personas, y nuestra Titular tenía muy poca ropa, por eso me dediqué al bordado, por hacerle ropa a mi Virgen de los Dolores, ya que no había recursos económicos. Así que por amor a la Madre. .
Como cualquier artesano, entiendo que tuviste una fase de aprendizaje, ¿con quién te iniciaste en tu profesión?
Tuve la gran suerte de conocer a quien sería mi maestra, Fidela Velázquez, vecina del Cerro del Aguila y oficiala del taller de Padilla. En su casa por las tardes, durante bastante tiempo, estuve conociendo la base del oficio. También estuve en Artes y Oficios aprendiendo dibujo, que dentro de este oficio es muy importante.
¿Qué te impulsa a abrir tu propio taller?
Pues lo que en un principio empezó por devoción, por circunstancias de la vida, me quedé parado en 1.984; desde aquel instante, decidí que tenía que canalizar mi trayectoria artística a través del bordado que era mi profesión.
Para el trabajo que desarrollas, ¿con cuánto personal cuentas actualmente?
Esto es relativo, va en función de la carga de trabajo, pero suelo coger el trabajo que puedo desarrollar, dedicarle el tiempo necesario y recrearme. Fijos somos cuatro personas, personas que se han formado en mi taller, aunque en algunos momentos hemos sido hasta quince. A parte de las personas en plantilla, tenemos operarias tejiendo en sus casas.
¿Todo lo que sale de tu taller es puramente artesanal o se han incluido máquinas de bordado?
Siempre lo repito cada vez que me lo preguntan: en lo único que hemos avanzado es en la fotocopiadora, en lo demás, sigue siendo igual que siempre, todo a mano, si no, dejaría de ser artesanía. El secreto de este trabajo está en tus manos, en tu talento y en que Dios te toque con la varita mágica; “el don”.
Todos sabemos que la figura del aprendiz como tal ha desaparecido, ¿de qué forma los jóvenes se inician en el oficio?
Este es un tema un poco complicado, me explico: hoy en día hay muchas ganas de triunfar en el mundo del arte del bordado, pero no hay paciencia para aprender. Cualquier persona que viene con el interés de aprender, rápidamente quiere salir maestro en tres meses, y eso es imposible. Todo tiene su aprendizaje a base de mucho tiempo y, sinceramente, no hay paciencia.
¿Cómo ves el futuro de los talleres artesanales?
Pues la realidad, tal y como están las cosas, un poco difícil, debido a la competencia tan desleal que existe. Personas que sin la preparación debida, sin estar dados de alta ni pagar impuestos, comprando sin IVA y no cobrándolo, tiran por tierra los precios, sin decir nada de la calidad artística, que deja mucho que desear. Pero en este sentido tenemos una responsabilidad todos, los artesanos y los clientes.
Tu taller de bordado ha pasado por diversas ubicaciones, ¿eres partidario de que los talleres estén situados en sus propios barrios, o por el contrario prefieres una centralización como el Parque Empresarial Arte Sacro?
En este sentido mi oposición ha sido siempre clara. Los talleres artesanales tienen unas particularidades que a mi juicio huyen de los planteamientos de parques, etc. A nuestra clientela le gusta venir donde está el comercio tradicional.
¿Cómo ha evolucionado el oficio de bordador así como el producto final en los últimos años?
Pues hoy en día, somos pequeñas empresas que cumplimos con las directrices que marca la legislación. En cuanto al producto, la calidad técnica de los trabajos que vemos en estos últimos años es una calidad sobresaliente. Dicho esto, también tengo que decir que la eclosión que ha habido de bordadores, ha hecho que se cuelen en este oficio personas con poco talento artístico y conocimiento de la profesión. La calidad de los mismos deja bastante que desear.
En el momento de comenzar un diseño, ¿sueles inspirarte en algo en particular?
Normalmente me inspiro en la idiosincrasia de la Cofradía, o en el estilo que rige en las piezas que ya existen en la Hermandad. Si no me condicionan, mejor. Eso hace que uno desarrolle su creatividad. Unas veces se acierta y otras no, pero me gusta dibujar sin condicionante.
Respecto a tu obra cofradiera, has realizado multitud de encargos para Sevilla, y si me lo permites, me gustaría incidir en la toca de la Macarena de Juan Manuel Rodríguez Ojeda, ¿en qué consistió este trabajo? Pues este fue un trabajo arduo, partíamos de documentación fotográfica, lo cuál implicó un estudio y pruebas durante un año, hasta que conseguimos recrear lo que Juan Manuel realizó en su día. No hay que olvidar que es una recuperación histórica, pues fue la primera toca para una Dolorosa que se recuerda en Sevilla, y es la toca por excelencia de la Macarena. ¿Quién no recuerda las fotos en las latas de membrillo y los azulejos de la Macarena con la toca de rombos y el manto de malla? He tenido la suerte de recuperar, para la Macarena, una prenda histórica de su ajuar y casi idéntica a la desaparecida.
De los trabajos que has realizado para la Semana Santa hispalense, ¿cuáles destacarías tanto por su belleza como por su complejidad? No puedo quedarme con ninguno en particular, porque todos son parte importante de mi vida. Reflejan mi evolución en el mundo del bordado. Todos son consecuencia de mi esfuerzo por superarme y por ofrecer calidad artística y técnica. Es cierto que algunos, por situaciones personales, te marcan más. Perdona que no destaque ninguno, así nadie se enfada.
Ya hace tiempo que el arte sevillano ha traspasado las fronteras, ¿realizas muchos bordados para el resto de España o incluso para el extranjero?
Afortunadamente si, aunque no todo lo que quisiera. Trabajo para todas las partes de España y algunas partes de Europa. Ahora mismo tengo expuestos algunos proyectos en Córcega, invitado por el Ministerio de Cultura Francés en representación del bordado en oro tradicional de Sevilla.
¿Qué trabajos has llevado a dicha exposición?
Las bambalinas del Cerro del Aguila, manto de Nuestra Señora de los Dolores del Cerro del Aguila, saya de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena, palio de María Santísima del Rocío, Simpecado de la Hermandad de los Estudiantes de Madrid, manto de Nuestra Señora del Mayor Dolor de Aracena.
A día de hoy, Sevilla tiene ya tiene una calle rotulada con tu nombre, ¿qué significado tiene este hecho para ti como profesional y como persona?
Significa una gratitud inmensa de mi persona a todos los vecinos de mi barrio del Cerro del Aguila, que quisieron, a través de mi persona, reconocer el esfuerzo de tantos vecinos que han hecho posible convertir un sueño en realidad: nuestra Hermandad del Cerro del Aguila.
Has recibido diversos premios, entre ellos “El Llamador” que entrega todos los años Canal Sur Radio, ¿se siente uno recompensado por reconocimientos como éste?
Mi recompensa es cuando la gente se emociona con una obra mía, cuando veo las caras admirando cualquier trabajo mío. Si estoy entre el público y no saben que soy el artista y escucho los comentarios, eso me puede. Los reconocimientos, si son fruto de tu trabajo, siempre son bien recibidos, y yo muy agradecido.
Respecto a tu obra no religiosa, has realizado diseños para firmas como Loewe entre otras, ¿cómo te vinculas al mundo de la moda?
Yo estuve trabajando con Vittorio y Luchino en 1980. Como en mi ratos libres bordaba, adapté mis conocimientos al mundo de la moda. Loewe por aquel entonces, buscaba algún artesano que adaptara la técnica del bordado en oro en prendas, y formamos un buen equipo durante varios años, después vinieron diferentes diseñadores, etc. etc.
Si hablamos de Hermandades, hay que decir que perteneces a la del Cerro del Aguila, de la cuál fuiste Hermano Mayor cuando se coronó a la Virgen de los Dolores, ¿cómo recuerdas este acontecimiento? Con mucho sentimiento y cariño. Fue algo inolvidable para todos los vecinos del Cerro del Águila y devotos de las Santísima Virgen de los Dolores. Recuerdo el entusiasmo y cómo se le quiere a la Madre del Cerro. Todo el mundo, sin excepción, desde niños a adultos, se entregaron para que todo saliera a la perfección. Momentos inolvidables que forman parte de la historia del barrio y de nuestros corazones.
¿Perteneces a alguna otra Hermandad?
No, sólo a la mía del Cerro, y nunca salí de nazareno nada más que en la mía, es mi pasión.
Ya para terminar y como cofrade que eres, ¿de qué forma vives la Semana Santa? Desde lo más profundo de mi corazón, disfrutando desde mi fe de tanto arte en la calle, arte humano y material que desborda lo inimaginable. Me gusta por las mañanas pasear por el centro de Sevilla y contagiarme de la eclosión del color, perfume, de los sentidos, escuchar los conciertos de la Banda Sinfónica de Sevilla, y visitar algún Templo, tomar mi tapita de bacalao en La Alicantina, etc, etc.
Muchas gracias Francisco por atender a nuestra Tertulia, ha sido un verdadero placer hablar contigo.