Hace tan sólo unos días, nos despedíamos de todos vosotros para vivir la Semana Santa , unos íbamos rumbo a Sevilla y otros a Zaragoza. Como queremos contaros todo sin dejarnos ni un detalle, hemos pensado que lo mejor es dividir esta entrada en dos partes: una para la ciudad del Guadalquivir y otra para la del Ebro, así que en la entrada de hoy, comenzaremos por la Semana Santa de Sevilla, ya que por orden alfabético va la primera.
Allí nos esperaba la Giralda , esa gitana morena de ojos azabache que, cual mujer vestida de mantilla, nos lanzó con su sonrisa una flecha directa al corazón desde lo alto de su campanario para darnos la bienvenida. Aquel Sábado de Pasión, el ambiente de la ciudad era profundamente atrayente. El olor a incienso, las Palmas preparadas para el Domingo de Ramos, los Templos abarrotados de fieles, cofrades con sus túnicas “recién horneadas” en alguna tintorería que aquel día prolongaba su horario comercial, los escaparates de las confiterías con sus dulces de Pascua perfectamente alineados y formados cual ejército de soldaditos de chocolate y miel preparados para refugiarse en la trinchera de algún ansioso paladar, las sillas y palcos perfectamente preparados, carteles de “se alquila” (da igual el qué, el caso es alquilar), balcones engalanados, gente… mucha gente en las calles y, por encima de todo, Ellos, esperándonos para compartir la Pasión.
Pero…,¿no dicen que una imagen vale más que mil palabras?. Pues eso pensamos nosotros, así que cámara en mano, nos colocamos nuestras “gafas mágicas” y nos dispusimos a guardar en ellas todos los detalles para mostrároslos a vosotros a modo de sentimiento.
Esperamos que os guste y… ¡Va por Ustedes!