LA TERTULIA EN SEMANA SANTA: SEVILLA 2.014.

Todo está consumado y la Palabra se ha cumplido. Mientras tanto, los días previos se funden en un beso con las experiencias vividas durante una semana para proclamar en un "te quiero" con sabor a Viernes Santo el amor por la Pasión... Pasión de Cristo.  La medalla, la cinta de la Virgen, las gotas de sangre de aquel Nazareno que eternamente expira en la Cruz y que cayeron sobre su Paso para transformarse en claveles carmesí, ya descansan junto al Rosario de la vida para volver a su lugar de origen, mi corazón.




Todo llega y todo pasa, y tal como prometimos, aquí estamos para compartir con vosotros, en primer lugar, los momentos vividos por los componentes de la Tertulia que participamos en la Semana Santa de Sevilla, para que posteriormente y en una segunda entrada, quienes asistieron a las procesiones de Zaragoza nos cuenten cómo han vivido este año la Pasión.

Pero antes de comenzar, queremos mostrar nuestro agradecimiento y cariño a quienes han hecho que viviéramos la Semana Santa de una forma muy especial.


Así que en primer lugar, gracias a la Hermandad de las Siete Palabras y a la Parroquia de San Vicente, por abrirnos sus puertas el Miércoles Santo por la mañana cuando fuimos a entregarles, ofrenda floral incluida, el cartel que anunció la Semana Santa para este año en nuestra Tertulia, puesto que en él, figuraba una fotografía del Nazareno de la Divina Misericordia, Titular de dicha Hermandad. 




Gracias también a nuestras cinco corresponsales Nieves, Ana, Conchita, Maite y Pilar, pues ellas han hecho que en todo momento durante la Semana Santa, la Tertulia se mantuviese perfectamente comunicada entre nuestras dos ciudades, Sevilla y Zaragoza.




Y por último, gracias a todos aquellos que, bien estando a nuestro lado en suelo sevillano, o desde la distancia en cualquier rincón del Universo, han hecho que para nosotros esta Semana Santa sea inolvidable.




Y ahora ya, vamos a disfrutar todos juntos de los días grandes, presenciando con los cinco sentidos el paso de las cofradías y envolviéndonos de su esencia. Así que, id tomando asiento mientras nosotros enfocamos ya las cámaras.





El sol anunció su recogida, cayó la tarde y la luna nos envolvió con su mirada. Abrazando por el hombro a la Giralda, nos contó "Paso a Paso" cómo era la Semana Santa. Entre el gentío nos tendió la mano, y con un guiño de complicidad, nos subió a su carruaje para dar un paseo nocturno por Sevilla al compás de sus cofradías. Desde la Plaza Nueva hasta el Altozano, pasando por Julio César para llegar hasta esas Noches en la Plaza del Museo donde la Virgen de las Aguas camina con mirada de Madre; desde San Lorenzo hasta el Duque, donde el Gran Poder de Dios con la Cruz a cuestas arrastra sus pies para dirigirse más tarde hacia la Puerta de Triana en busca de la Esperanza; desde el Salvador a la calle Orfila, donde una hermandad del gremio de panaderos envuelve su corazón con "chusquitos" de pan para rezar a Jesús Prendido; desde el Silencio hasta la Campana, donde el pelícano se pica el pecho para dar de comer a sus crías en señal de Amor, mientras un nazareno de negro con su espada, defiende hasta la última gota de su sangre el dogma Concepcionista; desde el Arenal Baratillero hasta la calle Rioja, donde un ángel recoge el agua que brota del costado derecho del Hijo del Hombre; desde la Encarnación hasta San Juan de la Palma, donde la Amargura de una Madre suena a silencio blanco, blanco de túnicas nazarenas; desde la calle Imagen hasta San Julián, donde la Buena Muerte deja ríos de azul y plata de la Hermandad de la Hiniesta; y desde cualquier corazón hasta el Zurraque de Triana, donde se escuchó un te quiero el pasado Viernes Santo cuando el Cristo del Cachorro estaba a punto de expirar.


Noches de ensueño, noches de Pasión, noches de cofradías en las que a las doce en punto suena en el campanario de la Giralda la frase... "A Dios por el Amor".