… Y entre abrazos y sonrisas llegó la Navidad.
Entre aromas de recuerdos,
de leña recién prendida,
de puchero bien guisado
y bandeja de peladillas,
de cánticos con zambomba
que entonan sus melodías
en alegres villancicos
con paz, amor y alegría;
aromas coloreados
de guirnaldas florecidas
que conservan esa esencia
de familia reunida,
aromas de un buen Diciembre
junto a velas encendidas
que la Navidad nos trae
mostrándonos su sonrisa.
Despertó la Navidad, y con ella, la niñez saltó del
corazón para tomar la ciudad. Niñez con sabor a tiempos pasados, a almendra
garrapiñada, a castañas asadas, a manzanas de caramelo y a turrón del blando, a
confeti y a muñeco de nieve, a ilusión matutina envuelta en papel de regalo que
amanecía entre tazones de leche con galletas, a películas de las cuatro de la
tarde en las que “Mujercitas” tenía un protagonismo especial, a meriendas de
bocadillo de mortadela –no llegaba pa Bollicao-
mientras en el patio los chicos jugábamos a churrooooooo
vaaaaa a la par que las chicas soñaban con ser las peluqueras, enfermeras o
maestras de sus “Nancys” favoritas, a picor de mercromina en las rodillas tras
subir a casa, a visita al Paje de los Reyes Magos para entregar una carta con
faltas de ortografía en la que nuestras esperanzas quedaban reflejadas sobre
las pupilas de amor de los mejores padres que Dios nos había regalado, al olor
del alcohol que poníamos en los rotuladores “Carioca” para que no se secaran y
poder seguir pintando nuestros sueños sobre el Arco Iris de un bloc de dibujo, al
Festival de Navidad que tenía lugar en el colegio justo antes de las vacaciones
y en el que las funciones eran representadas por cada uno de los cursos de la
E.G.B. -algunos se preguntarán qué es lo que era E.S.O.-, a niños de San
Ildefonso en blanco y negro donde la octava nota musical al cantar el Gordo era
la Peseta, a los deberes que nos mandaban para que en esos días no se nos
olvidara la tabla del nueve o que el Guadalquivir pasa por Sevilla y el Ebro
por Zaragoza, a brindis con gaseosa para dar la bienvenida al Año Nuevo
mientras nuestros mayores lo hacían con sidra “El Gaitero” -champán en las
casas más pudientes-, a esas tertulias de sobremesa en la Noche Buena donde tu
padre y tu tío debatían al compás de una copa de coñac recién sacado del
aguinaldo sobre si Mario Kempes era el mejor jugador de la Liga, a canciones de
los Chiripitifláuticos, a cromos de “Pipi Calzaslargas” - lo ten, lo ten, no lo ten…-, a Jesusito
de mi vida eres Niño como yo frente al Belén y bajo la mirada sonriente de
mamá antes de irnos a dormir, y para clausurar las Fiestas… a curiosidad por
saber si Baltasar nos había dejado algo en casa de los abuelos.
Fuimos niños, lo seguimos siendo y lo seremos mientras
cada día alcemos los brazos al Cielo para gritar bien alto:
¡Dios ha nacido, Feliz Navidad!
Y si hay algo que en estos días tiene un dulzor
especial es el ambiente. Ese ambiente que queda impregnado en los paseos por
los Belenes cuando las risueñas calles adivinan en la noche la víspera de
Reyes. Mientras la Estrella de Oriente se dirige hacia el Portal, la estela que
desprende engalana al mundo y todo parece envuelto de una magia especial; magia
de adornos y luminosidad que dan brillo al corazón para quitarle el envoltorio
y presentarse tal cuál es.
Ya el año se marcha, y en estos doce meses hemos
vivido momentos que para siempre quedarán guardados en nuestro arcón del
sentimiento. De todo ha habido en tantos días, pero lo importante es que hemos
estado juntos… siempre juntos, y cuando la distancia no lo ha permitido, el whatsapp ha abierto sus alas para
transformarse en testimonio de cariño, cariño lanzado a modo de paloma
mensajera por las chicas, nuestras chicas, las que han hecho que esta Tertulia
supere la marca olímpica en el maratón del amor para que seamos mucho más que
un grupo de amigos cofrades, una verdadera familia.
¡Gracias tesoros!
Y de los mejores momentos vamos a hablar aquí, o mejor
dicho, los vamos a reflejar en imágenes para recordarlos junto a vosotros,
quienes siempre con cariño os acercáis cada semana a este espacio cofrade
dejándonos vuestra huella sobre el corazón. ¡Es todo un placer amigos!
Pero antes de nada, queremos mostrar nuestro
agradecimiento al "Grupo Aragonés El Pilar" por cedernos sus
instalaciones, ya que sin ellos, su colaboración, y por supuesto su amistad,
nada sería lo mismo.
¡Os queremos!
Así que, vamos a rebobinar un poquito hacia atrás para
revivir nuestras tertulias "gastronómico-cofrades" en las que la
Semana Santa y las viandas en buena compañía tuvieron su protagonismo, el
estreno de las nuevas camisas con el escudo de nuestra Tertulia, el Pregón de
Semana Santa donde Pilar, nuestra Pregonera, nos hizo vibrar con los cinco
sentidos, la Tapa Solidaria y Mercadillo Cofrade en beneficio de los niños del
Proyecto Fratérnitas, la recogida de alimentos con destino a Cáritas, la
entrega de nuestro cartel a la Hermandad de las Siete Palabras de Sevilla, la
Semana Santa en Sevilla y en Zaragoza -cada
mochuelo a su olivo-, la Feria de Andalucía en Zaragoza, el Corpus, las
Fiestas del Pilar, nuestras visitas culturales, la Festividad de la Inmaculada en Sevilla, o la comida de Navidad, despidiéndonos con un brindis
hasta el año que viene, y deseándoos de corazón…
¡Feliz 2.015!