No, no era un jueves
cualquiera. Se acercaba el mediodía, y la tranquilidad de saber que el
calendario marcaba la fecha en color carmesí nos permitía pasear por Sevilla
disfrutando completamente de la ciudad. Las saetas del reloj marcaban ya una
hora en la que el tic-tac del segundero danzaba al compás del sonido procedente
de nuestros estómagos vacíos. Queríamos “picar” algo, preferiblemente alguna
tapa, así que desde la calle Rioja emprendimos nuestra marcha camino de un
lugar diferente, un sitio que desconocíamos y que el destino quiso presentarnos
por obra y gracia del azar. Pasando por Velázquez y La Campana , llegamos hasta la
zona de Orfila, concretamente a la calle Lasso de la
Vega. A lo lejos vimos algo de luz, nos
acercamos, y pudimos observar que se trataba de un bar. Nunca habíamos estado allí,
nos quedamos en la puerta mirando hacia arriba para averiguar su nombre, y cuál
fue nuestra sorpresa al contemplar lo que se podía leer en aquel cartel:
“CARRERA OFICIAL”. Os suena ¿verdad? Se trata de la denominación con la que se
define al conjunto de calles por las que pasan todas las Cofradías durante la Semana Santa sevillana. No nos
quedaba la menor duda, se trataba de un bar con ambiente cofrade, sabor a
Hermandad y aroma a pasión de primavera.
Nos adentramos en él, y
pudimos contemplar cómo su decoración era totalmente distinta a la de este tipo
de establecimientos temáticos, pues se trataba de una reproducción
prácticamente exacta de la Plaza
de San Lorenzo. Sí, la Plaza
de San Lorenzo, la que alberga la
Iglesia del mismo nombre y la Basílica de Jesús del
Gran Poder. Pero como muchos de vosotros no la conocéis, antes de nada, os la
vamos a presentar.
Y ahora, una vez que ya
habéis paseado por esta señorial plaza, pasad con nosotros a este bar cofrade y
comparad. ¿A que es una maravilla?
La verdad es que nos pareció
muy bonito y original, y lo mejor de todo fue cuando vimos la lista de manjares
para degustar, a los que habían “bautizado” con nombres perfectamente extraídos
del más puro léxico cofrade. Así, tapas como La
Vigilia , El
Capirote, La Mantilla ,
El Cirial, La Levantá
o El Monaguillo, conformaban una
carta con sabor a Semana Santa digna de catar.
Allí, el personal nos
atendió muy amablemente, y además de poder disfrutar de una bonita velada entre
cofrades, tuvimos el placer de firmar y dedicar unas letras en su libro de
visitas, en el que existe un apartado donde los cofrades de las distintas
Hermandades pueden dejar su rúbrica.