TERTULIANOS POR EL MUNDO: PLASENCIA (CÁCERES). Pepe Lasala.

Se terminaron las vacaciones, y tal como prometimos aquí estamos de vuelta deseando que hayáis pasado estos dos meses estupendamente. Por nuestra parte, regresamos con fuerzas, con muchas ganas, y por encima de todo con la ilusión de compartir con todos vosotros esos momentos de tertulia cofrade que van haciendo cada vez más fuertes los lazos de amistad.

En este nuevo curso cofrade 2.014-2.015 que hoy comienza, intentaremos estar aquí con vosotros cada Viernes, siempre y cuando nuestras obligaciones personales y laborales así lo permitan. En cualquier caso, aunque la frecuencia de las publicaciones no pueda ser semanal, procuraremos que sea lo más corta posible en el tiempo.

Por último y antes de comenzar con la entrada de hoy, deciros que a lo largo de esta temporada incluiremos dos secciones nuevas que esperamos que sean de vuestro agrado, las cuáles hemos titulado “Insignias de Pasión” y “Plazas Cofrades”.

Y ahora ya, comenzamos…


Hoy en nuestra Tertulia, daremos un paseo por uno de los lugares más bonitos y emblemáticos de Extremadura, así que vamos a coger carrerilla porque nos dirigimos a Plasencia, una ciudad situada en la provincia de Cáceres.




Su nombre, con el que la bautizó el Rey Alfonso VIII de Castilla, lo dice todo, pues significa “ciudad del placer”, algo que podemos contemplar al caminar por un conjunto histórico declarado como bien de interés cultural. Abrazado por su muralla, se puede acceder a él exclusivamente a través de  sus puertas: la de Trujillo, la de Coria, Berrozanas, la Puerta del Sol, la de Talavera, la de Clavero y el Postigo del Salvador. En este entorno encontraremos también la Torre de Santa Lucía, en cuya parte superior se encendía antiguamente por las noches una hoguera para alumbrar a los caminantes que se acercaban a la ciudad. Visitaremos el Rincón de San Esteban, nos adentraremos en la Plaza Mayor, donde se encuentra la Casa Consistorial y el que es conocido como “el Abuelo Mayorga”, quien se ocupa de dar las campanadas en lo alto de la torre; y por supuesto, daremos una vuelta por el famoso Parador.




Y os preguntaréis… aquí lleva un buen rato hablándonos sin parar de Plasencia, pero no nombra para nada sus ricos manjares. Pues bien, decir que los productos extremeños son muy variados, desde la perdiz al secreto ibérico, pasando por el cabrito y la caldereta de cordero para llegar a la morcilla; todos son exquisitos, pero si hay algo con lo que a quien aquí suscribe se le hace la boca agua, es el jamón y el queso. Fijaros qué buena pinta.




Ya sabéis que allá donde vamos, intentamos descubrir la Semana Santa del lugar, así que si os parece, y para finalizar la excursión, nos acercaremos hasta la Catedral, y posteriormente entraremos en la Iglesia y Convento de Santo Domingo, para apreciar gran parte del patrimonio que desfila por las calles de la ciudad en los días de Pasión. Toda una fiesta declarada de Interés Turístico Regional que toma el protagonismo de la ciudad durante siete días.