Hoy, en nuestro espacio
cofrade, continuamos de tertulia por el mundo para desplazarnos hasta la
localidad de Conil, un municipio situado al Suroeste de la Provincia  de Cádiz en
una preciosa zona costera. El pueblo, cuyas actividades más importantes son la
pesca y el turismo, tiene sus orígenes en la Conquista , y cuenta en
la actualidad con una población de unos 20.000 habitantes, un dato que se
incrementa en época estival hasta casi los 100.000. Resulta un verdadero placer
inmiscuirse en sus blancas calles para envolverse de esa “magia conileña” que
llena de encanto a los visitantes. Sus bares y tabernas, impregnados del
ambiente más puramente pesquero, ofrecen una excelente gastronomía a base de
comida típica de la tierra, donde los
chicharrones, el puchero de pescado,
la urta al horno o el atún encebollado acompañado de un Barbadillo bien fresquito, adquieren
total protagonismo. Pero antes de nada, y para hacer un poquito de hambre,
vamos a dar un buen paseo por su casco histórico hasta que el sol se ponga, un
paseo en el que disfrutaremos de lugares tan bonitos como la Plaza  de España, el Arco de la Villa , la Chanca , la Torre  de Guzmán, la Parroquia  de Santa
Catalina o el Museo de Raíces Conileñas, todo un bello laberinto de calles
bañadas en “blanco inmaculado”.
Si bien es cierto que, allá
donde voy, me encargo de buscar cualquier detalle referente a la Semana  Santala
 Hermandad  del Cachorro de Sevilla. Al escuchar esto, a Paco
le faltó tiempo para sacarse de su bolsillo un buen manojo de llaves cual
racimo de uvas a finales de Septiembre, cerrar su Estanco y llevarme a visitar
sus Imágenes devocionales. Llegamos hasta la Parroquia  de Santa
Catalina, de donde salen cuatro de las seis Procesiones que discurren durante la Semana  Santala Pasión ,
sino a lo largo de todo el año. 
VIRGEN DE LA AMARGURA 
VIRGEN DE LA PAZ Y  ESPERANZA
VIRGEN DE
EL RESUCITADO
Y tras este periplo
devocional, antes de retirarnos a descansar, os invitamos a que nos acompañéis
a disfrutar de un precioso fenómeno natural que se manifiesta en Conil cada
atardecer; todo un espectáculo digno de contemplar donde los actores, siempre
dirigidos por la mano de Dios, tienen dos hermosos nombres: Cielo y Sol.  

