TERTULIANOS POR EL MUNDO: LA COSTA DEL AZAHAR. Pepe Lasala.


Hoy en nuestra Tertulia, y con el objeto de buscar las devociones y templos  de otras tierras, vamos a darnos otro de nuestros paseítos por el Mundo, y en esta ocasión lo haremos por la Costa del Azahar, un lugar situado en la provincia de Castellón y bañado por el Mediterráneo cuyo nombre lo debe a la flor del naranjo, puesto que es el cultivo por excelencia de la provincia. Nos acercaremos concretamente a tres de sus municipios, Alcalá de Chivert, Alcocebre y Peñíscola, donde esperamos que paséis un día agradable con nosotros.

Así que, como siempre, vamos a coger nuestra cámara para dejarnos llevar…, que sea ella la que nos guíe.  ¿La seguimos?





Vamos a comenzar nuestra ruta por Alcalá de Chivert, un municipio ubicado entre la propia Costa del Azahar y el Maestrazgo interior. Si os parece, antes de nada podemos dar un paseo por sus calles para ubicarnos, pero…, qué casualidad, lo primero que nos encontramos es algo referente a la Semana Santa, el Grupo de Bombos y Tambores “El Repiquet”. Dicen que participan durante la Semana de Pasión de la localidad “rezando” con sus bonitos toques. Sigamos el camino que el día se pasa pronto y seguro que más tarde los volvemos a ver. Allí a lo lejos se observa una gran plaza, donde llama la atención la fachada de su Iglesia y la majestuosidad de la torre campanario, que con una altura de 68 metros, parece ser la más alta de la Provincia de Castellón . Se trata de la Iglesia de San Juan Bautista, un precioso templo barroco que alberga preciosas Imágenes Religiosas tanto de Pasión como de Gloria: la Dolorosa, el Crucificado, el Santo Sepulcro, la Virgen del Carmen y, por supuesto, nuestra Virgen del Pilar. Dicen que esta Parroquia posee también el bombo más grande del mundo, y no hay más que ponerse delante de él para contemplar su monumentalidad. Cuenta con 2,54 metros de diámetro, 1,40 metros de profundidad, 98 kilos de peso y se emplearon hasta 90 metros de cuerda para su construcción, siendo los integrantes del propio Grupo de Tambores y Bombos “El Repiquet” quienes tuvieron el honor de estrenarlo en el año 2.011.






Ahora, nos montamos todos en el coche bien apretaítos y nos dirigimos hasta Alcocebre, uno de los lugares más acogedores de la Costa del Azahar que en su día fue núcleo de pescadores. Todavía guarda el aroma romántico de los pueblos de la costa, de la gente afable, de las calles adornadas de bouganvillas, de los mercadillos ambulantes y de los cines de verano en los que todos nos hemos enamorado cuando teníamos quince años… que dicen tiene mi amor. Con una gastronomía basada en arroces, pescados y mariscos acompañada de buenos vinos, nos ofrece la oportunidad de disfrutar de sus viandas más características con unas hermosas vistas al mar, para luego transformarlas en un cocktail de suculentos helados en cualquiera de sus terrazas una vez llegada la anochecida. Y si hablamos de buenas vistas, no hay más que subir hasta la Ermita de Santa Lucía para disfrutar del paisaje. Junto a ella, se puede apreciar un pequeño edificio adosado que servía de alojamiento a los peregrinos, así como dos pozos con los que se abastecían de agua. Actualmente, sólo abre cada 13 de Diciembre, onomástica de la Santa, celebrando en su nombre Romería, Misa y Procesión. Por cierto, por aquí también nos encontramos al Grupo de Bombos y Tambores “El Repiquet”, quienes estaban ofreciendo sus toques a favor de una colecta para la Parroquia.






Y finalmente, llegamos a Peñíscola, también conocida como “Ciudad en el Mar”, un lugar precioso con un casco histórico digno de saborear. Aquí se encuentra el Castillo del Papa Luna,  Benedicto XIII, quien lo convirtió en palacio y biblioteca pontificia. Merece la pena quedarse paseando y contemplar todo con los ojos bien abiertos, disfrutando de la “escena templaria” que nos ofrece Peñíscola en un día tan soleado como éste. Por cierto, creo que por aquí también nos están preparando una buena paella, así que vamos a ponernos a la fila.