Hoy en nuestra Tertulia,
continuamos con la sección llamada “Tertulianos por el Mundo”, en la que además
de hacer un poquito de turismo, iremos conociendo la Semana Santa de otros
lugares. En esta ocasión en concreto nos acercamos a Cáceres, una ciudad
situada al oeste de España en la Comunidad Autónoma de Extremadura. Resulta un
verdadero deleite pasear por su parte antigua, la cuál, declarada Patrimonio de
la Humanidad ,
constituye uno de los conjuntos urbanos de la Edad Media y del
Renacimiento más completos del mundo. Así, la Concatedral de Santa
María, la Torre
de Bujaco o el Arco de la
Estrella , son algunos de los diversos monumentos que llenan
de belleza esta parte de la ciudad. Sentarse a descansar en la Plaza Mayor , dar una
vuelta por el barrio de Santiago o disfrutar por unos instantes de cualquier
rincón del lugar, supone todo un placer para los sentidos. Y si auténtica es Cáceres, también lo es su
gastronomía, siendo la “chafaina”, el “gazpacho cacereño”, las “migas”, la
“caldereta”, la “Torta del Casar”, o el producto Ibérico, algunos de los platos
típicos de la tierra con los que coquetearán nuestros paladares. Todo ello,
aderezado con la amabilidad cacereña, regalarán al turista una estancia
inolvidable.
Si hablamos de Semana Santa,
Cáceres es una ciudad donde la Pasión
se vive muy intensamente, no hay más que visitar sus Templos para comprobar las
Imágenes que allí habitan, pasar por sus Casas de Hermandad, o hablar con
cualquier lugareño para percibir la devoción de todo un pueblo. Declarada de Interés
Turístico Internacional en el año 2.011, está integrada por dieciséis Cofradías
que transitan cada año por un entorno excepcional. Algunas con influencia
claramente castellana y otras de carácter más andaluz, todas ellas nos acercan la Pasión de Cristo con la
misma Fe.
Si nos acercamos a la Cripta de la Iglesia de San Francisco
Javier, conocida por los cacereños como “La Preciosa Sangre ”, podremos
adentrarnos en el Centro de Divulgación de la Semana Santa , donde
túnicas de las diferentes Cofradías, maquetas de sus Procesiones o imágenes de
los momentos más emotivos, nos harán contemplar una de las Semana Santas de
mayor belleza en España.
Es habitual cuando salimos
de viaje que, allá donde vayamos, nos demos de frente con algo relacionado con
hermandades, cofradías o procesiones; por supuesto, esta vez no iba a ser
menos. Nos encontrábamos sentados mi señora y quien aquí suscribe en una
terracita, disfrutando de la espuma y el frescor que nos proporcionaba aquel
líquido procedente de la cebada el cuál nos ayudaba a combatir el sofocante
calor del medio día. De repente, una suave sinfonía con sabor a banda de
cornetas y tambores, llamó a la puerta de mis tímpanos. No quise decir nada,
pues imaginé de inmediato la respuesta: “eso ya son alucinaciones, tienes que
ir al médico”. Pero no, no eran imaginaciones mías, poco a poco el volumen iba
aumentando hasta que el “trrrrrrán… trrán… trrán” del redoble de los tambores
retumbó en aquella plaza al compás de las cornetas. Cual jirafa en plena selva,
estiré el cuello hasta que pude apreciar lo que allí acontecía, que no era ni
más ni menos que la Procesión
de San Francisco de Asís de la
Hermandad de la
Salud.
Ya para terminar, y antes de
ir a descansar tras este ajetreado día, no nos vamos a despedir sin antes
realizar un brindis por este reencuentro mientras damos un paseo por el Cáceres
nocturno, cuya belleza y monumentalidad brillan con luz propia. Esperamos que
hayáis disfrutado.