-Sube el
volumen de tu altavoz, lo disfrutarás dos veces-
Hoy en nuestra Tertulia,
vamos a acercarnos al barrio de Triana, y concretamente a un sitio que os va a
gustar por su solera, su buen ambiente y sus exquisitas viandas: la Bodeguita de Santa Ana.
El local está situado haciendo esquina entre las calles Vázquez de Leca y
Pureza, por lo que desde una de sus puertas se aprecia la Real Parroquia de Santa Ana, y
desde la otra la Capilla
de los Marineros, siendo este último el motivo por el que el establecimiento es
muy frecuentado por cofrades de la
Hermandad de la
Esperanza de Triana.
Pero… antes de entrar, vamos
a disfrutar un poquito de su terraza, pues es un lugar muy apropiado para
relajarse y saborear de unas tapas en buena compañía. Aquí podemos encontrarnos
con todo tipo de gente, pero siempre buena gente. Desde el más castizo del
barrio que se pide “media pa aceite” a la hora del desayuno, hasta el turista
inglés que señala con el dedo la botella de manzanilla de Sanlucar mientras con
lengua de trapo reclama “guan ruebuhito”.
Pero si esta terraza tiene
un día especial, ese es el Jueves Santo por la mañana, cuando el gentío, tras
la espera de la larga y reconfortante fila para visitar a Nuestra Señora de la Esperanza y al Santísimo
Cristo de las Tres Caídas, se acercan por la bodeguita para tomar un
refrigerio. La verdad es que siempre te encuentras con alguien conocido, con
alguien a quien posiblemente ves tan sólo de año en año… como dice la canción,
a la misma hora y en el mismo sitio. Las conversaciones sobre Semana Santa
fluyen a diestra y siniestra, comentando la jugada de lo que ya se ha visto y
exaltando la ilusión de lo que queda por ver, destacando el manto que llevaba
tal o cuál Virgen, tarareando la marcha que tocó una banda cuando se recogía el
Cristo, o relatando lo bien que andaba un Paso en la calle Placentines la tarde
del Martes Santo. Y es que entre saludos, besos y abrazos, ese día aquí se
arregla el mundo, pero el mundo cofrade.
Y ahora si os parece, vamos
a ir adentrándonos en la bodeguita para que contempléis la decoración con sabor
a Semana Santa en la que las paredes hablan por sí solas, las servilletas rezan
el buen ambiente cofrade que se respira, y los servicios están señalados por un
costalero o una mujer vestida de mantilla según sean de hombres o de mujeres.
¿Cómo decís?, ah… que
queréis que os recomiende algo para tomar ¿eh? Pues comentaros que aquí está
todo riquísimo, pero quien aquí suscribe está profundamente enamorado del
montadito de gambas con alioli y por supuesto del montadito de “pringá”. Ya me
diréis.